lunes, 26 de marzo de 2012

SOÑANDO EL FUTURO



20 de marzo de 1940.  Luis decide marcharse a vivir a Marte porque hay mejores condiciones de vida y quiere especializarse en energía nuclear y entiende que es el  mejor sitio para estudiar. Está entusiasmado, porque tiene tres amigos que  están viviendo allí desde hace cinco años, y, están muy regocijados con el cambio de planeta. 

A su familia le preocupa un poco el cambio, ya que en Marte hace mucho frio. Por lo demás están tranquilos, porque podrán ver a Luis con mucha frecuencia, a pesar de que viva en otro planeta, gracias al avión espacial, que logra un trayecto corto, en tan sólo 3 horas, es como imaginarse que la tierra estuviera en Europa y Marte en África y no a una distancia de 102 millones de kilómetros.

Luis llega a Marte y de inmediato se siente como en casa. Pensaba que iba a encontrar mayores diferencias con el planeta tierra.  Pero no fue así. Ver que Marte ha adaptado muchos estilos de vida del planeta tierra hace que su proceso de adaptación sea más rápido. Al llegar, sus amigos le enseñan su nueva casa y más tarde lo guían hacia su nueva universidad donde realizará su especialidad en energía nuclear.

Luego retorna a la casa y le sorprende lo rápido que sus amigos ya tienen la comida caliente.  En la mesa cada uno coloca su plato con la comida servida  le colocan un chip por 10 segundos y ya la comida está caliente como si hubiese estado terminada de cocinar.

      Le gusta el ordenador integrado que usan sus amigos en la mano derecha, que también  lo usan como móvil y que pueden dormir y bañarse sin la necesidad de quitárselos. 
El transporte le parece novedoso. Allí  no hay metro como en su  natal Madrid. El transporte que utilizan  son unos mini aviones que todos los habitantes del planeta Marte pueden adquirir, de fácil manejo y diseñado única y exclusivamente para usar en Marte, para trasladarse de un lugar a otro en la misma ciudad.

Luis confiesa que nunca se había sentido tan cómodo en un medio de transporte como este miniavión. Es tanta su satisfacción que está interesado en buscar de qué forma podría ser utilizado en el planeta Tierra.

Luis vive cada día como si fuera el último, investigando, conociendo, pudiendo dejar a un lado las interrogantes que tenía acerca del planeta Marte. Está pensando seriamente en quedarse a vivir para toda la familia, con miras de hacer relaciones entre ambos planetas.

1 comentario:

  1. Hola Milian,

    me pregunto si tu decisión de introducir en tu historia otro planeta, Marte, como vía para poder comparar cómo es la vida allí y cómo lo es en el planeta Tierra, no podría ser un símil de lo que ocurre cuando comparamos nuestro presente con un hipotético futuro, en el que solemos introducir elementos aparentemente increíbles, que no reconocemos (como si vinieran "de otro planeta") pero que, tal vez... una vez que llegue, no serán tan descabellados :)

    Un saludo.

    Gloria.

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